Tras la crisis del 2001 el grupo de investigación liderado por Gustavo San Juan, investigador adjunto del CONICET, director del Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente Construido (IIPAC, UNLP) y del Laboratorio de Modelos y Diseño Ambiental (LAMbDA-λ), tomó la decisión de desarrollar productos de primera necesidad para los sectores más vulnerables de la población.
“En 2003, tras la creación de LAMbDA-λ, junto con Elías Rosenfeld decidimos trabajar en la investigación y desarrollo de componentes y sistemas solares orientados a sectores sociales de bajos recursos”, cuenta.
Fue así que diseñaron un termotanque solar de agua que puede ser construido con materiales tradicionales que se consiguen en cualquier ferretería o casa de sanitarios. Se arma en una mañana con las instrucciones que están en el manual de tecnología sencilla desarrollado por el equipo de trabajo.
Calienta hasta 80 litros de agua por día y cuesta aproximadamente un tercio del valor de un calefón comercial, que funciona a gas. Si bien no tienen la misma eficiencia que estos últimos, son una alternativa económica para proveer a una familia de agua caliente.
“Son termotanques solares de bajo costo y de tecnología sencilla. Y el punto fundamental es ese: que cualquier persona pueda hacerlos y no tienen que gastar 12 o 15 mil pesos, que es lo que cuesta un calefón de mercado”, dice. Pueden abastecer a una familia de 4 o 5 personas y el agua caliente se puede usar para lavado personal, de ropa y aseo de la casa, pero no para consumo.
En 1977, cuando se creó el grupo de trabajo, decidieron orientar sus investigaciones al desarrollo y aplicación de la energía solar, no sólo por una cuestión ambiental sino también para mejorar la calidad de vida de las personas.
“Hasta ahora hemos fabricado más de 1.500 termotanques solares en diferentes partes del país, especialmente en el conurbano de La Plata. Todo lo trabajamos en conjunto con la gente, empleamos materiales de uso corriente y no hay que soldar ni hacer procedimientos especiales. Con el tiempo nos dimos cuenta que faltaba el tema de cómo se transmite el conocimiento y desarrollamos manuales de autoconstrucción muy sencillos. Muchas veces damos capacitaciones durante la mañana y a la tarde se construye”, agrega.
Al ser un proceso tan sencillo, que se puede aprender en una mañana, la gente puede replicarlo y construir la cantidad de colectores que necesiten, para ellos y su familia.
Fuente : Energía Estrategica – http://www.energiaestrategica.com/